“El fotógrafo de Mauthausen”: capturando la libertad

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La perspectiva humana del protagonista consigue visibilizar las atrocidades cometidas en el campo de exterminio nazi

La historia que se nos presenta ha conseguido atraer a un elevado número de espectadores a las salas de cine en sus dos primeras semanas en la cartelera. Quizás se deba al atractivo que a priori presenta un elenco de actores encabezado por Mario Casas, pero además de este aspecto, el argumento visibiliza una perspectiva humana que termina calando en todo aquel que ve este filme.

Hablamos del genocidio nazi, enmarcado dentro del campo de concentración de Mauthausen, donde fueron internados y asesinados miles de españoles que partieron al exilio tras la Guerra Civil española en 1939. Lo que aconteció tras los muros de ese infame lugar, únicamente pudo visibilizarse por medio de los testimonios de los testigos supervivientes tras ser liberados, además de las instantáneas tomadas dentro del propio campo. Capturas que reflejan la falta libertad, despojada de miles de personas durante los años del exterminio. Fotógrafos como el español Francesc Boix (Mario Casas), también preso en Mauthausen, inmortalizaron el horror y la vileza de lo acontecido en el campo, pruebas imprescindibles para el juicio y la condena de los artífices del genocidio nazi en los Juicios de Núremberg de 1946.

SINPOSIS:

Francesc Boix (interpretado por Mario Casas) es uno de los presos que han sido trasladados al campo de concentración de Mauthausen como consecuencia del exilio tras la Guerra Civil en España y la consecuente derrota del bando republicano a manos de los sublevados. El protagonista, quien apenas lleva unos meses en el campo de exterminio, comienza a trabajar como fotógrafo ayudante de uno de los generales nazis. Su labor será capturar cada uno de los momentos que se le requieran, bien sean grupos de presos recién llegados al campo o retratos por encargo. Trabajará en el laboratorio de fotografía de uno de los barracones, donde será testigo de las atrocidades del día a día en Mauthausen, postales crueles y sanguinarias que reflejarán lo que en ese lugar se llevaba a cabo. Así como instantáneas de los autores y altos cargos responsables de que eso sucediese. El propósito de Boix será sacar esos materiales del campo con ayuda de sus compañeros presos para que el mundo sepa de esas atrocidades. Comenzando así una tarea de supervivencia moral y física frente al nazismo, que pretende aniquilar todo vestigio en la humanidad que no corresponda con su ideal de la raza aria.

La película, basada en los acontecimientos reales vividos por el fotógrafo Francesc Boix durante su estancia en Mauthausen, está dirigida por la cineasta catalana Mar Targarona (Secuestro, Mor, vida meva) y cuenta con un guion escrito por Alfred Pérez Fargas y Roger Danès. El elenco de actores que componen el reparto está encabezado por Mario Casas (Bajo la piel de lobo), quien interpreta a Boix, junto con otros actores como Alain Hernández (Plan de fuga), Marc Rodríguez (Menú degustació), Macarena Gómez (Pieles) o Joan Negrié (Cerca de tu casa).

ANÁLISIS:

El filme compone una postal de perspectivas en torno a las atrocidades que se llevaron a cabo en el campo de concentración de Mauthausen. Si bien, se muestran detalles que permiten al espectador hacerse una idea en sus propias carnes de la vileza y la crueldad de las acciones perpetradas tanto por los generales nazis como de los propios kapos judíos.

Precisamente, el personaje de Boix consigue que el espectador vaya componiendo esa escenografía en su mente. Desde el principio del filme, identifica cada uno de los papeles desempeñados por las personas que están en el campo. Los directores de las atrocidades, los generales y hermanos Fritz, a cargo de la gestión del día a día, así como de las torturas y ejecuciones de los presos. Los propios kapos judíos, quienes a pesar de ser presos, interpretan un papel que, según Boix, acaban asimilando como suyo, para valerse así de una escala superior a sus compañeros judíos y poder torturarlos y dirigirlos. Y por último, los presos, quienes despojados de toda dignidad humana son presentados como los culpables de que lugares como Mauthausen existan, pues deben ser eliminados del devenir de la raza aria, la única tolerable por parte del nazismo.

Es estremecedor el modo en que Mar Targarona, directora de la película, compone los momentos más intensos de la película por medio de las comparativas emocionales. Vemos como aspectos como la infancia desaparecen, la condición humana muta en un rol sumiso y basado en la supervivencia, y como el miedo se convierte en la única prenda que viste a los presos de Mauthausen. A lo largo del desarrollo de la película, el espectador puede comprobar como existen incluso escenas de humor, de esperanza o incluso de furia entre los propios presos. Todos estos matices son los que componen la imagen mental que pretende capturar Boix para salir con vida del campo de exterminio, ya que las imágenes que él toma en el día a día resultan diametralmente más salvajes.

A medida que el personaje de Boix es consciente de que su misión pasa por dar voz a todas aquellas personas que no la tienen dentro del campo, junto a algunas que ya no la tendrán jamás, decide que los materiales que se pretenden destruir como consecuencia de la progresiva derrota del nazismo tras la batalla de Stalingrado, deben ser cruciales en un teórico futuro donde cabe la posibilidad de que les rescaten. De hecho, una vez que las fuerzas aliadas, al término de la II Guerra Mundial, liberan a los supervivientes de los campos de concentración, entre ellos Mauthausen, las pruebas que Boix y sus compañeros consiguieron esconder y sacar fuera del campo fueron imprescindibles para los posteriores Juicios de Núremberg en 1946, donde Francesc Boix fue el único testigo español.

La película cuenta con un sinfín de perspectivas que fueron sepultadas por la muerte y por las torturas que se muestran. Entre los presos no solo había judíos, sino también exiliados y exiliadas, como es el caso de Boix y sus compañeros, así como presos políticos, o personas de otros credos u orientaciones sexuales, así como procedencias geográficas. Indistintamente, fueron despojados de su dignidad tanto mujeres, hombres y niños, separando familias y ahogando las voces de millones de personas que asistieron perplejas ante el avance del nazismo en Europa. Existen perspectivas que apuntan al hecho de que algunos generales nazis jugaron un papel principal, mientras que otros simplemente acataron órdenes, como se muestra al final del filme entre Boix y el general nazi a cargo del laboratorio de fotografía. Pero la Historia supo entender que la culpa debía recaer sobre los hombros de aquellos que asesinaron, así como de los que orquestaron y fueron espectadores de una de las mayores tragedias en la historia de la humanidad: el genocidio perpetrado por los nazis.

TRÁILER:

Reseña
Reparto
Interpretación
Dramatismo
Recreación Histórica
Vestuario y Atrezzo
Banda Sonora
Montaje y Fotografía
Guion
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Estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la URJC. Amante del cine y de la música, pero sin olvidarse de la fotografía y el teatro. Un verdadero soñador. Mi sueño es trabajar en el terreno cinematográfico y periodístico.
el-fotografo-de-mauthausen-capturando-la-libertadMario Casas asume el protagonismo del filme al dar voz a Francesc Boix con una interpretación muy acertada. Consigue reflejar los matices de rabia, esperanza e incluso de humor en determinados momentos para conseguir mostrar el ansia por sobrevivir al infierno de Mauthausen. Creo que es muy necesario que el guion de la película consiga dar voz también a los distintos personajes que podemos ver en esta película, especialmente a los compañeros de Boix y a las mujeres que eran forzadas a prostituirse dentro del campo para sobrevivir. En definitiva, una postal de perspectivas captadas desde la lente de un fotógrafo que resultó determinante en el proceso judicial que condenó a los responsables de que campos de exterminio como el de Mauthausen acabasen con la vida de cientos de miles de personas inocentes. La valoración global del filme se apoya en una sobresaliente contextualización histórica, así como de los recursos empleados. El montaje y el acompañamiento sonoro consiguen que el espectador se vea inmerso dentro de la crueldad que se busca representar, de modo que el acierto en el producto cinematográfico final resulta notablemente acertado. Esta puntuación está basada en mi opinión/criterio sobre la película.

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